Ayer volvi a encontrarmelo de nuevo. Catorce días desde la primera y última vez. Dos semanas. Aunque juego con cartas marcadas. De hecho pensaba que él, Raúl o quizá Walter aparecerían por allí. Al final sólo vino uno, menos mal, ya que estuve con él casi tres horas retozando. Si llega a venir el otro... ufff mejor no pensarlo siquiera.
Raúl es pequeño, no debe llegar al metro sesenta, delgado (no quiero saberlo) pero es un verdadero diablillo en la cama (tanto por lo que se mueve, como por lo bien dotado que esta), desde luego no todo va a juego. Sus ojos te miran desde abajo, tras unas gafas de intelectual que le hacen más interesante. La verdad es que esta más guapo con gafas que sin ellas.
Yo hacía un buen rato que deambulaba aburrido hasta que finalemente lo vi. Cuando me lo cruce le mire y le sonreí. El me miró, cautivo de mi sonrisa (o eso quisiera pensar yo) y sus labios esbozaron simpatía contenida. Su mirada indicaba que estaba intentando situarme, pero las coordenadas le fallaban. Yo estaba quieto y no hice ademán alguno, ni de hablarle ni de acercarme por lo que él siguió su camino.
Le dejé marchar, total no podía ir muy lejos. Conté hasta quince y fui tras él. Lo encontré unos pasos más allá. Ahora si, me acerque y le roce con mis dedos su brazo desnudo.
-¿Ya no te acuerdas de mi? -le pregunté-. Hace dos semanas -continué para refrescarle la memoria.
-¡El grandullón! -exclamó.
La verdad es que de grandullón no tengo nada (bueno, no demasiado), sólo que cualquiera a su lado es grande y una persona normal es muy grande. Sonrei.
El resto es historia y las casi 3 horas que pasamos juntos una parte intensa de ella.
Ethan
Es una buena manera de pasar el rato :D Retozando. Qué palabra más grafica.
Un saludo :D
Escrito por Tirolesa en tanga a las 5 de Abril 2004 a las 08:08 PM