Confesiones de un Gay

Los tios más raros del mundo (1)

La verdad es que somos todos muy raros. Más que ratones verdes. Oscar es un chaval que esta como un tren. Yo suelo emplear la palabra armario definido como sinónimo de: grande, guapo, bien formado, vamos todo un cuerpazo.

Oscar es el típico tío completamente gay que no ha salido del armario (ahora si en el significado ya clásico), vive con una chica (no se ha casado), no tienen hijos y le gusta hacer sexo prácticamente todos los días. Yo diría que más que vivir comparten piso y ambos se aprovechan de la situación (y del cuerpo del otro).

Más o menos cada 15 días (y cuando la chica tiene la regla, repetimos), suele llamarme, o le llamo yo (vamos que no me corto ni un pelo) y quedamos. No nos vemos para tomar café, ni tomar bollos calientes, ni charlar (bueno eso sí, algo, pero entre polvo y polvo), voy a su casa cuando su chica no esta (confieso que tiene su morbo pensar que nos pille una chica a dos tíos en la cama, y que no le hago ascos a nada, aunque tengo mis preferencias muy definidas) o que el venga a mi casa, en ese caso no hay morbo añadido ya que vivo sólo.

Su apariencia es completamente hetero, de aquellos que son capaces de gritar

-¡Mira que tetas! -mientras le estas embistiendo por detrás a la vez que te grita -¡Más, más fuerte! (La escena no me la invento, es real como la vida misma, el susodicho tenía la tele justo enfrente y estábamos pasando una porno hetero).

Así que siempre me comenta que a ver cuando hacemos un trío con alguna chica (o chico, pero eso menos). Lo divertido del asunto es que mientras con su chica hace el papel de activo, conmigo le encanta ser pasivo (que supongo será por variar), recibir en vez de tomar (¿y yo qué? Y no me entiendan mal, sigue siendo un hombre (de hecho ese es uno de los errores clásicos de algunos heteros) la hombría no tiene nada que ver con tu condición sexual.

Total que siempre acabamos de la misma manera, pocas veces he conseguido que me penetre (que pena porque me encanta también), por más que insisto. Lo único que no hace es besar ¡vaya asco! Condicionante de la maldita educación recibida. Besar sólo a chicas.... y yo me muero por comerle esos labios carnosos, esa lengua juguetona. Harto estoy de decirle que eso son tonterías, pero no hay manera. Eso sí, mínimo dos polvos por sesión. Ya lo dejaría ya, pero como nos vemos poco, pues no molesta y sigo pensando en la estrategia de que un día sea mío, completamente mío (o yo suyo, completamente suyo, que para el caso no me importa)

Un beso.

Ethan

Pd. Hablando de raros, un día les cuento una aventura que tuve con un tío que sólo quería mamarmela y que le penetrara (al final pase de él, no sé si son peor estos o las estatuas de mármol, bellísimas ellas, pero frías como témpanos tan inmóviles que a veces crees que estas con un muerto) y cuando, pobre de mí, yo me intentaba arrodillar frente a él, me decía que me dejara de mariconadas y que fuera a por faena ¡Ver para creer!