Ayer fue un día interesante. El marido de Sonsoles Espinosa, en el congreso, dejó claro que el estado dejará finalmente de discriminar al 10% de la población española.
En su discurso confirmó la modificación del Código Civil, para reconocer a homosexuales y transexuales en igualdad de derechos con los heterosexuales a efectos de matrimonio, sucesiones, derechos laborales y protección por la seguridad social. La reforma del Código Civil alcanzará a facilitar el derecho a la separación y el divorcio y asegurar el pago de pensiones alimenticias. Yo apunto que muchas cosas más, pequeños detalles de la vida en común, pero difíciles de puntualizar al detalle.
Lo más novedoso es que el tema se trate en un Debate de Investidura del Congreso. Hay muchas fechas que recordar la de ayer es una de ellas, muy importante, aunque quizá la más importante de nuestra historia reciente sea la del 28 de junio de 1969 cuando unos cuantos maricones (1) decidieron protestar por el trato discriminatorio, vejatorio e insultante. Decidieron rebelarse y decir al mundo que estaban hartos. Hay una hermosa frase de Jordi Petit que lo define muy bien: Seguramente no ha habido nunca ningún movimiento en la historia de la humanidad que de forma tan especifica se hayan centrado en un derecho tan básico y tan humano como es el de amar.
Por la noche, ya tarde, hubo un programa es la TV1 sobre el derecho de los GLBT (el GLBT es mío ellos ponían Gays y Lesbianas tan sólo). Yo no puedo ser equidistante, soy maricon (1), pero intente escuchar con atención los argumentos de los que, de forma muy difusa y poco coherente, estaban en contra. Intente evaluar lo que decían y sus argumentos me parecieron tan abstractos, tan alambicados que incluso, en algún momento, me eché a reír. También hubo manipulación (intento de) a través de lectura de cartas, de encuestas, estudios realizados por gente de renombre... El problema que subyace es que hay que estar bastante bien informado para detectar cuando están diciendo algo razonable de cuando dicen alguna barbaridad. Cuando algo te afecta procuras estar informado, por cada una de sus pruebas se podría aportar otras tantas del lado contrario, tan válidas (o mucho más), tan coherentes (o mucho más) y desde luego basados en estudios mucho más objetivos y reales que los que ellos aportaron.
Senador: ¿No esta usted de acuerdo que prohibir los matrimonios gays son una victoria para los Valores de la Familia?
Señora: Hablar de política tiene un coste extra senador.
¿Por qué les adjetivo difuso y poco coherente sus manifestaciones? Ese grupo de personas me recordaron (visualmente) cuando los asediados se refugian en la última almena de un castillo en el momento en que los invasores penetran en el mismo. Ninguno de ellos se opuso con rotundidad a los derechos generales (habría que decir que no se atrevieron, hubiese estado muy mal visto, aunque cuando si pudieron, tiempos atrás, nos quemaron, pues no les bastaba matarnos simplemente), alguno hubo que se quejaba de que no debía llamársele matrimonio ya que no era lo mismo. La mayoría se enquistó en la adopción. El problema es la falta de información, el problema es el terrorismo lingüístico que utilizan algunos como Rouco Varela (decir que la Seg. Soc. puede quebrar por el matrimonio gay no es tan sólo un disparate mayúsculo, es una feroz manipulación, es puro y duro terrorismo). Se pudo escuchar comentarios de alguien que intervino por teléfono, que eran auténticas barbaridades científicas.
Mis conclusiones son que hemos avanzado bastante, que la sociedad se ha hecho más madura, más culta, más informada y por tanto se hace más refractaria a esas manipulaciones, a ese terrorismo lingüístico. Una sociedad culta e informada no puede ser manipulada como lo fue hace siglos. Es trabajo nuestro que la verdad aflore, que la información llegue a la gente que todavía no sabe.
Por supuesto siempre habrá gente que no quiere saber, que cierra los ojos, se tapa los oídos. Sé que esa gente existe, pero por suerte vivimos en democracia y no les tengo miedo. Imaginemos como John Lenon un nuevo mundo. Persigamos ese sueño porque es posible. En definitiva sólo quiero amar en libertad, con los mismos derechos que el resto de ciudadanos.
Un beso hermosos (y hermosas).
(1) Soy maricon, no me da miedo utilizar esa palabra. Eso sólo define mi conducta sexual. Desactivar la carga explosiva que lleva esa palabra (en nuestra sociedad) es una buena manera de avanzar. Eliminar insultos. Soy un hombre, tan hombre como cualquiera, como cualquiera de este planeta, mi género no se pone en duda porque mi conducta sexual sea diferente de una mayoría de otros hombres. Estoy seguro de mi mismo, me siento orgulloso de ser maricon y además... ¡Me encanta!
Escrito por Izann a las 16 de Abril 2004 a las 12:29 PMAhora solo me falta que defender posturas que favorezcan la discriminación de las personas sea delito.
Quiero que Rouco mida mucho sus palabras, no sea que por fin se castiguen sus delitos morales.
Escrito por xabe a las 16 de Abril 2004 a las 01:02 PMAun costara algo conseguir poder amar en libertad como muy bien has dicho, pero creo que se esta muy cerca de conseguirlo, solo hace falta un empujoncito mas, casi lo tenemos!!
Saludos
Escrito por Ginebra a las 16 de Abril 2004 a las 01:32 PMEstamos cerca de ello, muy cerca xabe y Ginebra. Eso si, ha costado sangre sudor y lagrimas (y por desgracia no es una frase hecha).
Alguien apuntaba las últimas semanas que las palabras de Aznar podían constituir delito (referente al 11M). En algunas asociaciones se ha comentado la posibilidad de denunciar a Rouco por sus comentarios.
Por cierto, acabo de incluir un chiste que ilustra de forma sangrante la hipocresía de algunos.
Gracias por vuestros comentarios.
Escrito por Ethan a las 16 de Abril 2004 a las 01:33 PMParticularmente espero que si de verdad se lleva a cabo lo que promete el nuevo gobierno, mi familia asuma mi lesbianismo un poquitín más, porque del resto del personal, como que me da igual. Seguiremos luchando por la igualdad (siempre). Besos.
Escrito por itaca a las 16 de Abril 2004 a las 03:25 PM¿Cómo un poquitin más Itaca? Nada de eso. Con cariño, poco a poco, pero con amor, mucho amor se conseguirá. Ya lo verás.
Tú eres tú, antes ahora y siempre. Sólo hay que hacerles ver que su información no era correcta. Ellos te aman a ti, no a tu condición sexual, ni tu género, ni a una parte de ti.
Y seguiremos luchando hasta que que podamos por fin dejar de luchar. El motivo es finalmente que no tengamos que seguir luchando por nuestros derechos.
Un beso hermosa (y gracias).
Escrito por Ethan a las 16 de Abril 2004 a las 06:00 PM