Confesiones de un Gay

Resaca postcoital

La putada de pasarlo tan bien, de visitar el cielo es que luego has de volver al suelo, al polvo. Ayer lunes, por la noche, vino Oscar por casa en busca de su ración. Y he de confesar que, aunque me lo pase bien, no lo pude disfrutar como en otras ocasiones. La verdad es que soy un poco gilipollas (perdón, un poco no, un mucho). Me lo pase tan bien el domingo que ahora sólo hago que comparar y es un verdadero asco porque A/ No hay comparación. B/ Todas las comparaciones son odiosas C/ No quiero meterme en la vida de otra gente.

Ni tengo ganas de escribir, me he pasado el rato visitando blogs de gente que cuando escribe me emociona, no siempre de la misma manera, pero son ideas que llegan al alma, que abastecen tu deteriorado corazón. En suma que me levantan el animo cuando lo debería tener henchido de gozo y de alegría. Gracias a todos amigos.

A eso se le llama resaca poscoital y ocurre cuando a un tonto como yo se le ocurre bajar sus defensas. Cuando algo grande pasa por tu vida y se marcha de la misma manera. Hay varios remedios, el clásico es salir a la caza en busca de sexo y conversación inteligente (su nombre es: terapia de sustitución), la más bestia una borrrachera de sexo (su nombre técnico es Orgia). Por suerte estos días es bastante facil de conseguir...

Estoy tan así que me he puesto el concierto de Madonna Drowned World Tour 2001, ahora mismo suena "La isla Bonita", canción de cuna española.

Pero vamos, como que ahora mismo no me apetece nada. Lo mejor será salir a dar una vuelta y que la ruleta reparta suerte. Tal como estoy mejor me meto en casa me pongo una peli y mañana me despierto en el sofa.

Estoy releyendo mientras Inglaterra duerme de David Leavitt, que como dije hace ya días intentaré reseñar (con la sana intención que gente que no suele comprar libros de historias gays, se interese por ellas y las lea). Es muy curioso porque para muestra la relación entre dos hombre de clases sociales diferentes (y eso en Inglaterra era bastante extraño). No me resisto aquí a poner sus lineas finales (que nadie se asuste que no descubro nada):

"...Pero también sé que si conduzco hasta la playa ahora mismo, veré la luna tendiendo su camino sobre el agua. Que si me arrodillo y tomo en mi palma un poco de esa agua, cogeré el resplandor. Retendré el resplandor. Gotas como mercurio, cargadas de luz.

Un beso hermosos y hermosas.