20 de Febrero 2006

Oportunidad única

Hace ya tiempo pude asistir, aquí en Europa, a un viaje organizado por y para gays, fue una semana de esquí en los Alpes franceses. Recuerdo la experiencia como algo muy gratificante en muchos o todos los aspectos. Esencialmente el cambio de actitud de todos los trabajadores del hotel que el primer día parecían agarrotados y con la mirada huidiza, y luego cambiaron tanto que hasta estaban tristes de nuestra marcha. Fue una de las mejores cosas que recuerdo.

Al otro lado del charco, son ya famosos, los cruceros por el Caribe. Estos días me ha sorprendido en la prensa gratuita española gay (y hay un buen montón de revistas), el anuncio de un crucero para gays este próximo mes de mayo. Saldrá de Barcelona, pasará por Roma (bueno la costa romana) y llegará hasta Malta, para regresar por Ibiza y acabar de nuevo en la ciudad condal (no recuerdo ahora si el crucero hace alguna escala en algún país de la ribera sur, creo que no).

Una semana de fiestas, ligoneo tanto dentro del barco como en las diferentes escalas. Supongo que pasará como en el resto de viajes, al llegar uno se coloca una pulsera (u otro signo visible) del estado del sujeto. Verde para los “Libres” y bien dispuestos, Naranja para los ambiguos, es decir que no quieren ligar pero que están abiertos a proposiciones y Rojo para aquellos que viajan en pareja o no (y la fidelidad es una parte importante de su vida).

Sólo era cuestión de tiempo que estos cruceros llegaran hasta nosotros, ya los hay, y muchos, para el resto de la gente y este nicho hace tiempo que se explota ya en los EEUU, aunque el Mediterráneo ofrece mejores posibilidades y riqueza que el Caribe en cuanto a escalas (mis disculpas para esos países).

Me imagino que a más de uno (y no voy a identificar el grupo al que pertenece) pensará que sería una ocasión excelente para que el barco se fuera a pique con todo su cargamento de maricones.

Me encantaría ir. Desde luego una semana en barco con la multitud de recovecos que ofrece un navío de esas características. Claro que siempre hay gente que lo pasa mal (las posibilidades son infinitas), como en el hotel de los Alpes, cuando bajando por las escaleras me encontré a uno de nosotros llorando desconsoladamente.

Y es que nunca llueve a gusto de todos.

Escrito por Izann a las 20 de Febrero 2006 a las 12:41 AM
Comentarios

Eh, rewelcome!
Y con respecto al post... no sé, soy un poco crítico con estas cosas que nos alejan de la normalización...

Escrito por Bohdi a las 20 de Febrero 2006 a las 02:13 PM

¡Eso! ¡Eso! Rewelcome!!! ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias!

Y sí, estoy de acuerdo contigo de que los Guettos no son, en la mayoría de las ocasiones, la solución para las minorías. Incluso incumplieron su función como sistema de protección de esas minorías, ya que las exponía más facilmente al resto de los vecinos.

En este caso concreto, y para ese contexto en particular, creo que no es especialmente nocivo para una normalización. Un viaje turístico, circunscrito a una semana de placer y relajación, no debería ser nocivo para una mayoría de gays. Y si lo miramos desde fuera, otros muchos colectivos organizan cosas parecidas.

Entiendo que el problema del Guetto, puede darse si nos encerramos en Chueca y prescindimos del resto del mundo para el desarrollo personal, social, económico y cultural.

Creo que me estoy enrollando demasido y esto da para una entrada... así que la escribo...

Un beso hermoso.

Escrito por Ethan a las 20 de Febrero 2006 a las 08:11 PM
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