Casi por casualidad, el otro día descubrí la radio a la carta. Supongo que para muchos eso ya debe ser lo más normal del mundo. Hoy por ejemplo, me metí en un foro que Petulante Tuk me recomendó, y encontré multitud de enlaces sobre la película Brokeback Mountain, cosas realmente que no pensé en encontrar. Internet es realmente grande (menos en China, aunque eso es otra disgresión).
A lo que iba, un amigo me paso la dirección de una web en la que puedes escuchar música a la carta. Dicho así no parece mucho, la verdad. Lo que me parece interesante, es que uno puede crearse listas de audición a partir de tus gustos personales e ir orientado la selección que el programa te propone, hasta alcanzar unos limites buenos o muy buenos. A la larga realmente el programa afina mucho y puedes tener realmente una radio a la carta, aunque sin molestos cortes publicitarios, charlas intrascendentes de los locutores, noticias u otras interrupciones banales.
El programa te pide que escojas primero un artista o canción y a partir de ahí empieza a sonar la música que has solicitado, luego el sistema sigue con otras canciones que entran en un rango cercano al solicitado y siempre tienes la opción de indicarle que te gusta o no. Si eliges lo primero el programa se va ajustando a tus gustos, si le dices que no te gusta también lo hace, en este caso, claro, por omisión. No tengo ni idea de cuales son los parámetros por los que se guía, aunque, sospecho, debe ser algo tan complicado como el buscador Google.
Pandora (www.pandora.com creada por Music Genome Project), que así se llama la web, tiene sonoras y sutiles connotaciones. La caja de Pandora también ofrecía sus secretos y esta web, ofrece música aleatoria, al estilo de una radio, pero hecha a medida, siempre sin saber exactamente que vendrá a continuación, aunque bien es cierto que cada x canciones el grupo que solicitaste vuelve de nuevo a excitar tus oídos. Otra ventaja añadida es que puedes crear diferentes listas, dependiendo del estado de animo, y así escoger el tipo de música que quieres escuchar en cada momento particular, sin tener que preparar tediosas listas, sin perder tiempo, sin tener que escuchar tan sólo aquello que tienes en casa y sobre todo escuchando el tipo de música que te apetece escuchar en ese momento.
Sencillo, ya que la Pandora no te complica la vida con numerosas opciones, menús interminables o preguntas y formularios que acaban aburriéndote.
Es gratis, y si uno persiste en su utilización tan sólo debe registrarse para seguir gozando de buena música en tu ordenador.
¿Qué más podemos pedir?
Bodhi , de Mi padre no lo sabe, comentaba ayer en referencia al crucero gay por el mediterráneo: soy un poco crítico con estas cosas que nos alejan de la normalización...
Empecé respondiéndole y me di cuenta de que quizá estábamos hablando de cosas distintas.
Estoy completamente de acuerdo con él, en relación a los Guettos y sin embargo no me molestan en absoluto de este tipo de cosas que ofrecen un indudable momento para relacionarnos de una forma, no diré más libre, pero si más relajada. ¡Al menos para bastantes!
¿Alguien se ha dado cuenta de lo raro que somos todos? Gente que suele ir tan sólo a bares y discotecas, otros que sólo frecuentan parques y urinarios, otros con especial predilección por las saunas Creo que ampliar los horizontes de interrelación personal, sacándolos de unos contextos generalmente nocturnos o peligrosos, caminan y ayudan más hacia una normalización.
¡Recapitulemos!
No me molestan las discotecas generalistas (por adjetivarlas de alguna manera), pero si quiero ir a ligar me gusta ir a un bar o discoteca de ambiente. Supongo que podríamos etiquetar nuestros respectivos domicilios como el primer Guetto que establecemos (si, supongo que estoy exagerando un poco), y que sería terrible encerrarnos en él, a cal y canto.
Es decir, cualquier tipo de guetto es nocivo a la larga para nuestro desarrollo personal ya que nos hace perder la perspectiva general de la sociedad con la que interactuamos. Sin embargo, y en líneas generales para una mayoría de gays y de lesbianas, si nuestra vida (laboral, social, cultural, de ocio ) ya transcurre fuera de cualquier Guetto, creo que escoger unas vacaciones de este estilo no nos debería alejar, ni un ápice, de la tan deseada normalización real en todos los ámbitos de la sociedad en la que vivimos. Supongo que si viviera inmerso en Chueca (Madrid) o el Gayxample (BCN), si sólo me moviera por él, acudiera sólo a sus locales, me cortara el pelo y comprara la comida allí, siempre en locales de Gays para Gays, me estaría empobreciendo por un lado (socialmente), estaría perdiendo la perspectiva real de nuestra sociedad y sus problemas y me aislaría de tal manera que haría que mi interrelación con lo exterior sería deficiente (por utilizar un termino suave).
Bajo mi punto de vista, el problema del guetto pasa a ser un problema personal y no tanto de un colectivo.
Otro punto de vista es que como seres humanos, al ser unos animales gregarios, tendemos a crear Guettos. Difícilmente podremos dejar de crearlos mínimamente (y Chueca y otros muchos son el ejemplo más palpable de ello). Los Guettos facilitan la vida de sus habitantes en un primer estadio (las grandes ciudades de EEUU, que acogieron la enorme masa de emigrantes, son un esclarecedor, y muy sintomático, ejemplo de ello). Pensemos que los diferentes barrios de una ciudad interactuan entre ellos y la gente de los mismos se relacionan, claro que siempre habrá gente que se aísle. Contra eso, no creo que podamos hacer mucho y es más, como comentaba un poco más arriba, es un asunto personal y no tanto de un colectivo.
Por eso creo que el punto de vista de Bodhi es correcto tomado en la acepción con la que creo fue escrita, pero en este caso concreto, el crucero, ni debilita ni refuerza nuestras opciones en cuanto una deseable normalización.
¡Gracias Bodhi por permitirme semejante disgresión!
Claro que esa es tan sólo mi opinión y puedo estar un poco (o un mucho) equivocado.
¿Y ustedes? ¿Opinan?
Hace ya tiempo pude asistir, aquí en Europa, a un viaje organizado por y para gays, fue una semana de esquí en los Alpes franceses. Recuerdo la experiencia como algo muy gratificante en muchos o todos los aspectos. Esencialmente el cambio de actitud de todos los trabajadores del hotel que el primer día parecían agarrotados y con la mirada huidiza, y luego cambiaron tanto que hasta estaban tristes de nuestra marcha. Fue una de las mejores cosas que recuerdo.
Al otro lado del charco, son ya famosos, los cruceros por el Caribe. Estos días me ha sorprendido en la prensa gratuita española gay (y hay un buen montón de revistas), el anuncio de un crucero para gays este próximo mes de mayo. Saldrá de Barcelona, pasará por Roma (bueno la costa romana) y llegará hasta Malta, para regresar por Ibiza y acabar de nuevo en la ciudad condal (no recuerdo ahora si el crucero hace alguna escala en algún país de la ribera sur, creo que no).
Una semana de fiestas, ligoneo tanto dentro del barco como en las diferentes escalas. Supongo que pasará como en el resto de viajes, al llegar uno se coloca una pulsera (u otro signo visible) del estado del sujeto. Verde para los Libres y bien dispuestos, Naranja para los ambiguos, es decir que no quieren ligar pero que están abiertos a proposiciones y Rojo para aquellos que viajan en pareja o no (y la fidelidad es una parte importante de su vida).
Sólo era cuestión de tiempo que estos cruceros llegaran hasta nosotros, ya los hay, y muchos, para el resto de la gente y este nicho hace tiempo que se explota ya en los EEUU, aunque el Mediterráneo ofrece mejores posibilidades y riqueza que el Caribe en cuanto a escalas (mis disculpas para esos países).
Me imagino que a más de uno (y no voy a identificar el grupo al que pertenece) pensará que sería una ocasión excelente para que el barco se fuera a pique con todo su cargamento de maricones.
Me encantaría ir. Desde luego una semana en barco con la multitud de recovecos que ofrece un navío de esas características. Claro que siempre hay gente que lo pasa mal (las posibilidades son infinitas), como en el hotel de los Alpes, cuando bajando por las escaleras me encontré a uno de nosotros llorando desconsoladamente.
Y es que nunca llueve a gusto de todos.
La historia tiene gancho por aquello de que, hasta ahora, nadie la había contado con la suficiente habilidad y desparpajo. Con dos actores guapos y muy masculinos y con una música en algunos momentos soberbia. Si, si, estoy hablando de la la película de Lee.
En realidad no es ni una historia amable, aunque si bella. Es una historia trágica, como los grandes o pequeños dramas de la humanidad, con las que una gran mayoría de maricones nos podemos sentir bastante identificados si no fuera si no fuera . Si no fuera porque los personajes que Annie Proulx son dos hombres nacidos en un rincón olvidado de la tierra, sin demasiada cultura, ni luces, apenas perspectivas de futuro y maniatados por la feroz y puritana moral de la región intransigente. Y es que, a pesar de la belleza y sensibilidad que desprende el celuloide, es una historia lejana y extraña. Absurda y cruel.
Sería un enorme error pensar que el personaje de Ledger es, en si mismo, un ser capado de emociones. No lo es, pienso en la escena que tras la primera separación sufre exactamente igual que su compañero amante, será en todo caso, incapaz de mostrar sus emociones, por estar situado en un mapa donde los hombres, no muestran ni deben mostrar jamás sus sentimientos. También por la terrible (real o supuesta) amenaza de morir en manos de los intolerantes.
El eje de toda la película es la terrible parálisis a la que el personaje de Gyllenhaal se ve sometido. Una desesperación que le llevará una y otra vez a un callejón sin salida, como una mula que gira interminablemente en una noria, sin poderse acercar jamás al alma del ser amado (sólo al cuerpo).
Una película que muestra la dureza de la vida de aquellos que con pocas oportunidades se enfrentan a la especifidad de ser diferentes sin las armas suficientes para defenderse. Lo realmente terrible, es que en este planeta aún existen muchos lugares así, aún hay muchos chicos y chicas que están creciendo rodeados, sometidos y presionados sin saber como escapar a esa cárcel.
Regreso y miro. Cedrik sigue en la brecha. Brindo por ti muchacho. Xabe finalmente se ha cansado y ahora tiene iun fotoblog.
Y yo? Yo me largue por la puerta de atrás. Después de traspasar el umbral cerré de un portazo. Una vergüenza.
Mientras el mundo cambia, no se detiene. Algunos mueren y nos dejan.
No tengo nombre.